miércoles, 31 de julio de 2013




MARÍA MAGDALENA


Jesús y María Magdalena: ¿Tenían ellos un matrimonio secreto?

Sra. Jesús

¿Ha estado la historia equivocada por 2000 años-hubo una Sra. Jesucristo? En, “La tumba de la familia de Jesús,” (El documental de televisión de Discovery Channel) el director Simcha Jacobovici afirma que hay “evidencia” de que Jesús y María Magdalena ciertamente estaban casados y tuvieron un hijo llamado Judá.
(Para ver lo que estudiosos dijeron sobre la “evidencia” de Jacobovici vea, el artículo “La Tumba de la Familia de Jesús”).
Jacobovici no es el primero en postular una posible relación romántica entre Jesús y María. La película,La Ultima Tentación de Cristo, y libros tales como Holy Blood, Holy Grail, y El Código Da Vinci, hicieron central la relación secreta entre Jesús y María para sus temas.
El Código Da Vinci empieza con una página de hechos que hace a la novela de ficción parecer ser verdad en todas sus afirmaciones. El libro ha roto todos los records en la lista de más vendidos del New York Times, y ha sido seguido por una exitosa película. La ingenuidad del autor Dan Brown de entretejer los hechos con ficción ha convencido a muchos lectores de que Jesús y María Magdalena realmente estuvieron casados y tuvieron un hijo (Ver “La Risa de Mona Lisa”). Pero es esta afirmación romántica solamente promocionada exageradamente para vender libros y películas, o es apoyada por evidencia histórica.

María Misteriosa

Antes de que examinemos la evidencia de un posible romance entre Jesús y María Magdalena, miremos dentro de esta persona María de un pequeño pueblo de Galilea Magdala. Para comenzar preguntamos, ¿Qué documentos antiguos arrojan luz sobre el personaje de ella y su relación con Jesús de Nazaret?
Los evangelios del Nuevo Testamento son los registros escritos más antiguos de María Magdalena. En los evangelios María es descrita como una mujer quien Jesús sano de la posesión de un demonio. Los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) presentan a María como una seguidora de Jesús quien escuchaba sus enseñanzas, brindaba apoyo financiero, fue testigo de su crucifixión, y tres días después la primera en verlo vivo.
Algunos han dicho que María Magdalena era una prostituta, pero ninguno de los apóstoles ni la iglesia temprana hablan de ella como más que una de los discípulos cercanos a Jesús. La idea de que ella era una prostituta se originó en el siglo sexto, cuando el Papa Gregorio I la identifico como ambas la mujer que se habla en Lucas 7:37, y la mujer quien lavó los pies de Jesús con su cabello.
A pesar de que la consideración del papa fue probablemente influenciada por el hecho de que Jesús había sacado siete demonios fuera de ella, ningún erudito bíblico es capaz de hacer la conexión de María Magdalena con la mujer del pasaje de Lucas. Adicionalmente, los evangelios del Nuevo Testamento ni siquiera dan indicios de algo romántico o sexual entre Jesús y María.

Manuscrito del Mar Muerto” en Piedra?

¿Predice la Antigua Piedra un Mesías Resucitado?

Indiana Jones, pasa a un  lado. Una antigua piedra hebrea fechada unas pocas décadas antes del nacimiento de Jesús repentinamente se ha convertido en el tema más candente entre arqueólogos. En una piedra de tres pies de altura están 87 líneas de palabras en hebreo, algunas de las cuales puede referirse a un Mesías quien moriría y se levantaría de nuevo tres días después.  La piedra catalogada “Revelación de Gabriel,” ha sido acuñada por un experto como un “manuscrito en piedra del Mar Muerto.”
Los estudiosos han comenzado el tedioso proceso de verificación de la fecha y autenticidad de la piedra. En el pasado, algunos estudiosos y algunas teorías de conspiración han saltado a la conclusión que encuentra que tales como el “Osario de Santiago” y la “Tumba de la Familia de Jesús” eran autenticas, solo para descubrir más tarde que eran falsificaciones o de valor histórico dudoso (ver, La Tumba de la Familia de Jesús”)
Hasta el momento ningún estudioso esta argumentando que la piedra es una falsificación. Yuval Goren, un profesor de arqueología en la Universidad de Tel Aviv, quien ha presentado su investigación química de la piedra para evaluación por sus colegas en diarios, supone que la piedra es autentica.[1] Si se demuestra que es autentica, la piedra puede en realidad arrojar luz sobre la ubicación histórica para la resurrección de Jesús.
¿Existía durante el tiempo de Jesús la creencia entre judíos de que el Mesías moriría y se resucitaría de la muerte tres días después? Si así es, ¿Cómo sería este detalle profético diferente de las cientos de otras profecías hebreas con respecto al Mesías?  Los cristianos apuntan al cumplimiento de Jesús de estas antiguas profecías como evidencia de su posición de Mesías. (Ver, “¿Era Jesús un Impostor?”)
Pero los escépticos argumentan que las expectativas judías de un mesías quien moriría y se levantaría de nuevo puede haber proporcionado un motivo para Jesús y sus discípulos de inventar la historia de su muerte y resurrección. De hecho, algunos estudiosos no cristianos esperan que la piedra en realidad exponga la resurrección de Jesús como un engaño.







En tiempos de Jesús, Palestina tenía dos zonas bien diferenciadas: la de Galilea, muy influenciada por la cultura griega y con un intercambio importante de gente de otros lugares; y la región de Judea, donde estaban Jerusalén, el templo y los sacerdotes. En esta región, los habitantes eran sumamente conservadores y cerrados.  En cambio, Galilea era más abierta. La mujer cumplía un rol que le otorgaba ciertas oportunidades como educarse y leer los libros sagrados. En Judea, por el contrario, a las mujeres les estaba prohibido aprender a leer y escribir, atestiguar en juicios, ya que no eran creíbles, o salir de sus casas sin el expreso consentimiento de sus maridos.
La ciudad de Magdala se encontraba en Galilea, ubicada en la orilla occidental del lago Tiberiades o Mar de Galilea, sobre el cual, según los evangelios, Jesús caminó sobre las aguas. En Magdala nació María, la de Magdala, conocida como María Magdalena.
  

Ella era una mujer educada y de buena posición económica, como la mayoría de las mujeres que acompañaban a Jesús. Por lo general, estas mujeres costearon los gastos de los apóstoles y les dieron alojamiento en sus casas.
María de Betania, hermana del resucitado Lázaro, que alojó al grupo de Jesús, era una mujer de importante condición económica. Lo indica el haber perfumado el cuerpo de Jesús siendo que los perfumes eran muy costosos y solo las clases adineradas podían adquirirlos. Al recibir los perfumes de María Betania, Jesús debe escuchar el reproche de Judas Iscariote. Este le dice que el perfume podía haber sido vendido y el dinero repartido entre los pobres.
Salomé, otra mujer rica, tía de Jesús por ser hermana de María, estaba casada con el pescador Zebedeo. La empresa de Zebedeo tenía varios asalariados a su cargo, lo que lo muestra como poseedor de una sólida fortuna. Los apóstoles Juan y Santiago eran hijos de Zebedeo y primos de Jesús. El apóstol Pedro era socio de Zebedeo. Por lo tanto, ninguno de ellos era pobre.
María Magdalena es otra de las mujeres que aloja y alimenta en su casa a Jesús y a los apóstoles. Como todas las mujeres que seguían a Jesús, no era una mujer ordinaria y, mucho menos, una prostituta. Por el contrario, como las demás seguidoras, pertenecía a los altos estratos sociales. La mayor de parte de estas mujeres que iban detrás  del Cristo eran casadas y le seguían en compañía de sus hijos.




María Magdalena, si bien considerada santa por la Iglesia Católica (al igual que por la Ortodoxa), alcanza este grado como la prostituta penitente.
Muchas veces confundida con María de Betania o con la mujer adúltera a la que Jesús salva de ser lapidada, la iglesia la considera una prostituta redimida. El Papa Gregorio VI, en una homilía del año 591, aclara que María Magdalena, María de Betania y la mujer adúltera, son tres mujeres diferentes. Pero deja asentado que María Magdalena es la prostituta penitente.En 1969, Pablo VI le quita el rótulo de penitente. Sin embargo, en el imaginario católica ya ha quedado instalada la imagen de la Magdalena como el de una prostituta.
Si se exceptúa a Judas Iscariote, no hay ningún hombre ni mujer de cuantos acompañaron a Jesús al que la iglesia haya tratado de desacreditar. Excepto María Magdalena.
Los evangelios la mencionan diecisiete veces más que a la madre de Jesús, lo que la muestra cumpliendo un papel mucho más relevante que el de ésta. Pero una de estas mujeres fue convertida en la principal figura femenina del catolicismo mientras la otra quedó rebajada aprostituta penitente.
La mujer que asume un rol pasivo, que encaja con la sumisión al hombre reclamada desde la religión, María, la madre, es idealizada y transformada en símbolo perfecto. La mujer que tiene un desempeño activo e importante, la Magdalena, denigrada y calumniada. La degradación de María Magdalena solo es posible entenderla como un acto intencional con el objetivo de ocultar los verdaderos acontecimientos protagonizados por Jesús.
Siguiendo el relato de los evangelios canónicos y el de los evangelios apócrifos de Felipe, Tomas, y María Magdalena, puede realizarse una reconstrucción de los hechos que permite entender el sitio de privilegio que la Magdala ocupó junto a Jesús.

  
Los evangelios afirman de María Magdalena:
1) Ella caminaba al lado de Jesús.
2) Hablaba de igual a igual con él.
3) Jesús la besaba en la boca.
4) Ella era la más amada por Jesús.
5) La Magdalena estuvo al pie de la cruz.
6) En la resurrección, fue a ella a quien primero se le apareció Jesús.
En el Evangelio de Juan, hay un pasaje en el que Juan el Bautista, refiriéndose a Jesús, dice:"El que tiene esposa es el esposo. El amigo del esposo, el que le acompaña y oye su voz, se goza en gran manera de oír la voz del esposo". Esta aseveración de Juan el Bautista, predecesor y primo de Jesús, permite entender el suceso de  las bodas de Caná.
El relato de esta boda solamente se encuentra en El Evangelio de Juan y es justificado por la iglesia afirmando que es el momento en que Jesús realiza su primer milagro: convierte el agua en vino. Pero, la iglesia considera como milagro aquello que sobrepasa los límites naturales. Convertir el agua en vino es un truco usual, realizado por cualquier mago en un espectáculo. Por lo tanto, un truco conocido ya en tiempos de Jesús (Simón el Mago lo realizaba) no puede justificar que se comente y de tanta importancia a unas bodas.
En este casamiento, por primera vez, aparece María, la madre. No hay explicación de las razones por las cuales Jesús, su madre, y los apóstoles están en el casamiento. Pero puede observarse el comportamiento de Jesús y de su madre. Ambos actúan no como invitados sino como protagonistas. Se la ve a María preocupada por la escasez de vino, dando órdenes a los sirvientes y diciéndoles a estos que obedezcan a Jesús y le den todo lo que les pida. Como no es habitual que los invitados se encarguen de la comida o que instruyan a los criados, como lo hace María, podría hablarse de un comportamiento impropio de esta. A menos que no sea una invitada sino la anfitriona.
Curiosamente, nunca se nombra a los novios. ¿Por qué mencionar el lugar donde se celebra un casamiento y no decir quiénes se casan?
Puede sacarse una conclusión de los siguientes hechos:
-En esa época, era casi imposible que un rabino como Jesús se mantuviera soltero a los treinta años, ya que esto atentaba contra las costumbres.
-Era habitual que la madre se ocupara de conseguir esposa para su hijo y encargarse de la boda.
-Juan el Bautista habla de Jesús nombrándolo como el esposo. Y no puede interpretarse como esposo de la iglesia ya que esta no existía aún.
-Los evangelios dicen que María Magdalena era la más amada, la que caminaba a su lado, la que le hablaba de igual, la que él besaba en la boca, la compañera, la preferida entre todos los demás del grupo.
-A María Magdalena, antes que a nadie, se le aparece Jesús en su resurrección.
-Los constantes recortes y alteraciones de traducción realizados a los evangelios, según la conveniencia del dogma de la iglesia. Jesús hablaba en arameo. Los primeros escritos sobre él fueron hechos en esta lengua. Luego, se tradujeron al griego. Las versiones populares de los evangelios son traducciones del griego y las palabras, interpretadas a la conveniencia de la iglesia. Así, el término hermanos, muy claro al mencionar a los hermanos de Jesús (Santiago, Juda, José y Santiago, y, apropiadamente, aplicado a las hermanas) es interpretado como medio hermanos, de un matrimonio anterior de José; o como primos. La razón es preservar la inmaculada virginidad de María. 
Después de unir estos distintos aspectos, la conclusión resulta obvia: María Magdalena es la esposa de Jesús y las bodas de Caná, el momento en que se realiza el matrimonio. Por esta causa y no por un truco de magia es que el evangelio comenta la boda.




Si al hecho de ser María Magdalena la esposa de Jesús, se agrega que es ella la principal de sus discípulos y la heredera de su mensaje, resulta sencillo entender el descrédito al que la sometió la iglesia.
Los Padres de La Iglesia, los que construyeron la teología y el ideario católico, consideraban que la mujer no tenía alma y estaba al novel de las bestias. San Pablo la considera un ser inferior al hombre porque el hombre proviene de Dios y la mujer del hombre. San Ambrosio dice que la mujer es fuente en el vicio y daña la valiosa alma del hombre. Santo Tomás de Aquino afirma que la mujer es un defecto de la naturaleza. Pío II advertía: Si ves a una mujer, piensa que es el Diablo. San Agustín aconsejaba segregarlas y sostenía que las mujeres no deben ser iluminada ni educadas en forma alguna.
No parece necesario esforzarse para comprender el motivo por el cual la esposa y mejor apóstol de Jesús se transformó, según estos hombres, en la prostituta penitente.




El esfuerzo para rebajarla y hacerla desaparecer de toda función importante es casi desesperado. Hasta el punto de erigir toda la tradición católica en torno al pilar de la iglesia, Pedro. Este hombre es un rico pescador, hermano de Andrés, discípulo este de Juan el Bautista, que lo lleva ante Jesús. Es el hombre que niega conocer a Jesús la noche en que es arrestado. El que corre cobardemente a esconderse, junto con los demás apóstoles, mientras María Magdalena permanece junto a Jesús, recorre el camino al Calvario y permanece al pie de la cruz.
La elección de Pedro por los teólogos para transformarlo en la piedra fundadora de la iglesia tiene asidero: Pedro es el más firme opositor a María Magdalena.
Pedro la envidia, la desprecia y niega que pueda ser la heredera del mensaje de Jesús. En elEvangelio de María Magdalena, esta les cuenta a los apóstoles que Jesús, en su resurrección, le ha confiado sus ideas secretas y tiene un mensaje para darles. 
Pedro dice, entonces: ¿Pero es que preguntado el Señor por estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que todos la escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?" Mateo, dirigiéndose a Pedro, responde: "Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto sabes que el Salvador la conoce perfectamente; por esto la amó más que a nosotros".
Pero, ya mucho antes, Pedro ha hecho saber su disconformidad con lo que ocurría con la Magdalena. Le recrimina a Jesús que la prefiera a ellos y que una mujer camine a su lado. Jesús le contesta: "La convertiré en hombre".
Esta respuesta puede tomarse como una ironía. También con un sentido real. Esto significa que Jesús la convirtió en hombre. La disfrazó de hombre para que no llamara la atención yendo a su lado y, sobre todo, ocultar que una mujer era uno de sus apóstoles, lo que hubiera estado muy mal visto, sobre todo, en Judea, donde Jesús era bastante impopular. 
De esta manera, María de Magdala se convierte en "Juan", el discípulo más amado y verdadero autor del Evangelio de Juan, el Apocalipsis, El evangelio de María Magdalena.
Los hechos acreditados por la iglesia al apóstol Juan nada tienen que ver con Juan Zebedeo, el primo de Jesús. Este es un hombre inculto y de escasas luces. Su función junto a Jesús era la misma que la de Pedro y Santigo: ser los sirvientes y guardaespaldas de Jesús. Los tres llevan espadas y Pedro la desenvaina cuando Jesús es apresado. Ese era su trabajo.
Cuando Jesús designa jefe del grupo a Andrés, le pide tres hombres, diciéndole que tendrán la función de "permanecer a mi lado para que me conforten y atiendan mis necesidades diarias". Elevar a hombres como Pedro, Juan y Santiago, a los que Jesús considera de bajo nivel intelectual ya que los designa sus sirvientes, al rango de apóstoles principales y capaces de escribir libros es, sin duda, inverosímil. Pero la iglesia se encargó de hacerlo creíble. En base a mentiras de unos pocos y la ignorancia de muchos es como se crean las religiones, las jerarquías y los privilegios.




El Evangelio de Juan fue redactado por una comunidad formada alrededor de uno de los discípulos de Jesús, el discípulo que Jesús más amaba. En este evangelio, se menciona en varias oportunidades al discípulo que Jesús más amaba. De él se dice que estaba recostado sobre el pecho de Jesús en la última cena; también, al pie de la cruz; yendo la sepulcro vacío, presente en la tercera resurrección. Todas estas acciones coinciden con las realizadas por María Magdalena.
Pero existe un problema: El Evangelio de Juan ubica, simultáneamente, al discípulo más amado y a María Magdalena al pie de la cruz. Y, en otros párrafos, se los menciona como si se tratara de dos personas distintas. La cuestión que debe ser resuelta es si Juan Zebedeo es el discípulo más amado o si lo es María Magdalena.
No existe ninguna mención en ninguno de los evangelios referida a que Juan Zebedeo sea el preferido de Jesús. Pero abundan las afirmaciones que sostienen la estrecha relación de Jesús con María Magdalena. No puede haber, por lo tanto, no la menor duda de que eldiscípulo más amado es María Magdalena.
¿Cómo es posible, entonces, que Juan Zebedeo y ella estén al pie de
la cruz? A uno de ellos le habla Jesús desde la cruz: "Mujer (dirigiéndose a su madre), he ahí a tu hijo. Luego, al discípulo más amado: He ahí a tu madre. Y, luego, el discípulo la tomó en compañía".
Debe pensarse en lo siguiente: El discípulo que recuesta su cabeza sobre el pecho de Jesús en la última cena, ¿es un hombre o una mujer?. ¿Quién de los dos, Juan Zebedeo o María Magdalena, está sentado a la diestra de Jesús en esa comida final? ¿El sirviente o la esposa? ¿Resulta natural a la iglesia que un hombre recueste la cabeza sobre el pecho de otro hombre?
¿Debe creerse que, mientras los apóstoles escapaban en todas direcciones para esconderse porque los romanos trataban de apresar a los varones seguidores de Jesús, Juan Zebedeo se quedó? ¿Los romanos permitieron que un hombre, un miembro de la banda rebelde, estuviera al pie de la cruz? Juan tenía veinticuatro años cuando se unió a Jesús. No resulta la edad de un adolescente sino de un hombre apto para la lucha. Es otro suceso insostenible ubicar a Juan Zebedeo al pie de la cruz. En realidad, como los demás apóstoles, estaba escondido. Y esto sí resulta creíble.
Bajo la cruz, de pie, estuvieron María, la madre de Jesús; su tía María, mujer de Cleofás; y María Magdalena, su esposa. 
Cuando Jesús se dirige a su madre: diciéndole: "Mujer, he ahí a tu hijo", no dice "hijo" sino"hija". Juan Zebedeo tiene madre y es Salomé, que acompaña a Jesús. María tiene hijos varones. Ni Juan Zebedeo necesita madre ni María hijo. La fórmula tiene el mismo sentido que en la actualidad: "Mujer, ahí tienes a tu hija (tu nuera)". Al dirigirse, en la misma escena, al discípulo más querido, se está refiriendo a María Magdalena, la que él amó más que a nosotros, como dicen los otros apóstoles.
El cambio de la una palabra (hijo por hija), tanto como las alteraciones que intentan dar a entender que el discípulo más amado y María Magdalena son dos personas diferentes, son cambios realizados al texto original para mantener en secreto el que una mujer no solo haya sido la esposa del rabino Jesús sino, también, su principal apóstol y legítima heredera de su mensaje.



De ningún apóstol se conoce nada, históricamente probado, que hayan realizado después de la muerte de Jesús. Los hechos que se le acreditan forman parte de la tradición inventada por la iglesia. Sin embargo, hasta el siglo II, existían templos dedicados a María Magdalena, a lo largo de las costas del Mediterráneo. Estos templos prueban su predicación y su acción real, ocultada por la iglesia.
La desfiguración de la imagen de la Magdalena es iniciada por los hermanos Pedro y Andrés, continuada, con más inteligencia, por Pablo de Tarso y, definitivamente instalada, por los Padres de la Iglesia, Clemente, Papías, Ignacio, Ireneo y Cipriano, entre otros. Todos estos reescriben la historia y construyen un dogma acorde a la conveniencia misógina de la iglesia. La madre de Jesús pasa a ser el símbolo de la pureza. Es virgen. Sólo un hijo tiene y ha sido concebido por unión con el Espíritu Santo. María Magdalena, la esposa y, quizás, madre de los hijos de Jesús, transformada en una prostituta. ¿Cómo podría aceptar la iglesia que una mujer sea la heredera intelectual y afectiva de Jesús?





María Magdalena, después de la muerte de Jesús, fundó una comunidad en torno a ella. Esta comunidad redactó el Evangelio de Juan (el único de los evangelios narrado por un testigo vivo y presente en los hechos cumplidos por Jesús. Esto se comprueba por la exactitud con la que se describen sucesos y lugares, en contraposición con las imprecisiones de los demás evangelios).
El Apocalipsis o  Libro de Jesucristo y El evangelio de María Magdalena, están escritos en un similar lenguaje esotérico, plagado de simbolismos, propio del gnosticismo. Ambos libros son escritos de un modo por completo distinto a los demás evangelios, incluyendo el de Juan. En este evangelio se alude a éste diciendo que ha tenido una vida tan larga que se le creyó inmortal y, siendo “Juan” el seudónimo de María Magdalena, es evidente que ella misma redactó ambas obras. Lo hizo en  un lenguaje gnóstico.El gnosticismo es una doctrina en la que los iniciados no logran la salvación por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Jesús sino que la salvación proviene de la gnosis o conocimiento. Este saber es un acercamiento introspectivo a la divinidad. El conocimiento de la divinidad es superior a la fe. La fe ni la muerte de Cristo alcanzan para salvarse. El ser humano se basta a sí mismo para lograr la salvación. Toda la doctrina se encuentra en oposición con el dogma judío y el católico.
El gnosticismo cristiano se conforma a partir de Jesús pero se basa en una doctrina que antecede al Cristo. El texto Eugnosto, el beato es anterior al nacimiento de Jesús.
El gnosticismo tiene un carácter iniciático por el cual las enseñanzas secretas de Jesús sólo podían ser relevadas a una élite de iniciados. Así, los gnósticos cristianos se constituyen en testigo especiales de Jesús, accediendo al conocimiento de lo divino y trascendente a través de la experimentación introspectiva. Sólo los iniciados podían alcanzar la suprema forma del conocimiento, la gnosis.


Todo hace pensar que María Magdalena era una mujer inteligente y culta. Una mujer iluminada, que conocía la filosofía gnóstica y que por esta razón podía hablar de igual a igual con Jesús, según lo aseguran los evangelios. No les era posible a los apóstoles entender de lo que realmente hablaba Jesús. Ellos son personas incultas, por completo ajenos al pensamiento teórico.
La lectura de los evangelios encontrados en 1945 y la atenta revisión de los evangelios canónicos, permiten, claramente, comprender que la Magdalena fue una mujer descollante en la vida de Jesús. A la vez, que el papel jugado por los apóstoles se caracterizó por la falta de entendimiento de lo que el Cristo decía y por una completa cobardía en el momento en que fue apresado. En torno a estas figuras, como Pedro o Andrés, ignorantes y cobardes, a los que se les inventó una acción apostólica de la que no quedan rastros históricos en sitio alguno,  se construyó el dogma de la iglesia.
El verdadero mensaje de Cristo permanece a través de lo escrito en lenguaje gnóstico por María Magdalena, de lo que sólo quedan fragmentos. El total de la obra no fue encontrado. Y si lo fue, las partes esenciales, como tantas otras cosas, fueron ocultadas.








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